La ONU, a través de su informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), ha alertado sobre una desaceleración económica global que amenaza con imponer una “nueva normalidad de bajo crecimiento”, estimando un promedio de crecimiento del 2.7% para este año y el siguiente.
Este crecimiento moderado, combinado con una inflación persistente, está generando un aumento del descontento social, especialmente en los países en desarrollo, que enfrentan un alza del 70% en su deuda desde 2010, lo cual podría provocar medidas de austeridad y frenar el avance hacia un desarrollo inclusivo.
La secretaria general de UNCTAD, Rebeca Grynspan, instó a replantear las estrategias de desarrollo global y revitalizar el multilateralismo para apoyar a las economías emergentes. El informe destaca que, a pesar de los desafíos, existen nuevas oportunidades para las economías en desarrollo, como el aumento del comercio sur-sur, que ha más que duplicado su valor en los últimos años, y el auge de la transición verde, que promueve sectores como las energías renovables y los minerales estratégicos.
Sin embargo, UNCTAD advierte que la inflación, exacerbada por interrupciones en las cadenas de suministro y tensiones geopolíticas en sectores críticos, ha reducido los ingresos de los hogares en un 8% desde 2020, alimentando el descontento.
La organización subraya la necesidad de combinar políticas monetarias con estrategias fiscales y regulatorias para frenar la inflación, además de implementar políticas de desarrollo inclusivas que permitan aprovechar las oportunidades emergentes sin agravar la desigualdad global.