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jueves, noviembre 21, 2024
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    «Pedir ayuda no es para débiles»

    Pedir ayuda no es para débiles

    Por Lucía Pérez

    Cuando las personas cometemos errores sufrimos, nos avergonzamos, tenemos pérdidas y nos vemos obligados a hacer cambios importantes si es que no queremos vivir siempre con los mismos conflictos. 

    Sin las crisis que se nos presentan no necesitaríamos buscar algo más, por eso son necesarias, para no estancarnos. Algunas veces podremos crecer a partir de las crisis con nuestros propios recursos internos, pero otras veces podríamos necesitar acompañamiento. Si somos honestos con nosotros mismos, tenemos el suficiente valor para reconocer nuestra propia vulnerabilidad y nos atrevemos a pedir ayuda profesional podemos obtener muchísimos beneficios. 

    Yo creo en el cambio, creo que podemos ir creciendo en consciencia, creo en que se puede ser mejor cada día (por eso me apasiona la psicoterapia). Creo en eso porque lo he experimentado y porque he visto cómo muchas personas lo logran. Y doy gracias porque a pesar de la vergüenza, el dolor, la decepción, que me han traído mis errores, también me han traído ganas de buscar respuestas. Si no hubiera estado tan confundida antes no habría buscado ayuda, no hubiera investigado en la historia de mi familia, no habría conocido lo que me llevaba inconscientemente a hacer las cosas, no habría experimentado ésta nueva manera de ver hacia dentro de mí. Me encanta haber tenido que empezar a buscar porque me he encontrado con un mundo maravilloso. Bien lo dice el dicho: “Un mar en calma no hace buenos marineros”.

    Es importante mencionar que, así como en muchas otras situaciones, al tomar terapia puedes no hacer ningún cambio y sentir que sólo perdiste tu tiempo o puedes encontrar más de lo que algún día pudiste imaginar; mucho depende de qué tanta apertura y humildad tengas para recibir. La terapia no es sólo para «los locos», para «los malos», para los que les ha ido mal en algo ni para los que no pueden solos. La terapia puede ser para todos, para los que están pasando por crisis, para los que quieren prevenir problemas más graves, para los que no quieren repetir historias, para los que no tienen nunca con quien platicar y necesitan sentirse escuchados, para los que tienen con quién hablar pero algo no les permite hacerlo, para los que se sienten estancados, para los que quieren experimentar una nueva manera de vivir, para los que quieren aprender a relacionarse mejor consigo mismos, con los demás y con el mundo, para los que quieren conocerse más o para los que simplemente quieren mejorar en algún aspecto.

    No nos engañemos a nosotros mismos, es bueno perder el miedo a pedir ayuda. Así como cuando nos enfermamos físicamente vamos con un especialista, también cuando nos enfermamos emocionalmente tenemos la responsabilidad de cuidarnos a nosotros mismos. Soltar un poco el ego y permitirnos recibir ayuda o acompañamiento definitivamente vale la pena.

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