La calidad del aire en la región sureste de Coahuila ha alcanzado niveles extremadamente malos, según indicadores revelados en la página de la Secretaría del Medio Ambiente.
En lo que va del año, Saltillo ha experimentado 49 días con una calidad del aire extremadamente mala. Este problema no es nuevo, ya que desde hace al menos dos años, las mediciones han mostrado una calidad extremadamente mala en los municipios de Saltillo y Ramos Arizpe, atribuida en parte al aumento del parque vehicular.
Las mediciones realizadas por la Secretaría de Medio Ambiente revelan que en Saltillo, aunque históricamente se ha clasificado en color morado, recientemente ha cambiado a verde. En cambio, Ramos Arizpe ha mantenido una calidad del aire extremadamente mala, especialmente en lo que respecta a la medición de ozono (O3) y dióxido de azufre (SO2).
El incremento en la actividad industrial y el aumento del parque vehicular se señalan como las principales causas de esta problemática. La secretaria de medio ambiente en Coahuila, Susana Estens, ha expresado la necesidad de implementar un plan de acción que incluya medidas como la verificación vehicular y la promoción del transporte público y no motorizado.
En respuesta a estas preocupaciones, se han propuesto acciones como la protección de fábricas de agua, la captación de lluvia, la infiltración de agua a los acuíferos, el tratamiento de aguas residuales y la distribución equitativa del recurso natural. Además, se considera fundamental garantizar la sostenibilidad fiscal del sistema hídrico de la ciudad.
Sin embargo, las altas concentraciones de ozono, que son comunes en esta época del año, también contribuyen a la mala calidad del aire. Estas se forman principalmente debido a la reacción fotoquímica de los óxidos de nitrógeno con la radiación solar, siendo la quema de combustibles fósiles en vehículos de combustión interna la fuente principal de óxidos de nitrógeno.
En cuanto a Ramos Arizpe, se ha planteado que la contaminación extrema del aire podría estar relacionada con la operación de varias empresas de fundición de aluminio que emiten una contaminación constante y no cumplen con las normativas. A pesar de las denuncias, las autoridades federales aún no han dado una respuesta satisfactoria a esta problemática.