Después de más de dos décadas fuera de su hogar original, este histórico edificio del siglo XVIII volverá a ser el epicentro de las actividades académicas y culturales de la Academia.
Gracias al apoyo de las fundaciones Kaluz y Magdalena Ruiz del Valle, y bajo la dirección de Gonzalo Celorio, la casa ha sido restaurada para albergar a los académicos y las actividades de la institución. La flamante sala de plenos será el espacio principal para las reuniones de los académicos, mientras que las comisiones de Lexicografía, Consultas y Editorial contarán con espacios adecuados para su trabajo colegiado.
Además, la sede ofrecerá un hogar seguro para la impresionante biblioteca Alberto María Carreño, que alberga más de 55 mil títulos y estará abierta al público en una sala de lectura. Esta biblioteca es un tesoro invaluable para los amantes de la lengua y la cultura, y su acceso público es un paso importante hacia la democratización del conocimiento lingüístico.
En una segunda etapa, la sede contará con un auditorio para cien personas, que será el escenario de diversas actividades públicas, como conferencias, homenajes, presentaciones editoriales e ingresos académicos. Este espacio permitirá que la Academia Mexicana de la Lengua siga siendo un centro de intercambio cultural y lingüístico en el corazón de la Ciudad de México.
El retorno a Donceles 66 representa un momento de celebración y renovación para la Academia Mexicana de la Lengua, y marca un nuevo capítulo en su misión de promover y preservar la riqueza lingüística y cultural de México.
