El presidente Joe Biden se enfrenta a un creciente coro de críticos en el Congreso, miembros de su propia administración, grupos de derechos humanos y los medios por su apoyo incondicional a la guerra del gobierno israelí en Gaza, especialmente por el suministro constante de bombas estadounidenses responsables del creciente número de palestinos fallecidos.
El frecuente uso de Israel de armas muy grandes en zonas urbanas densas, incluyendo bombas de 2 mil libras fabricadas en Estados Unidos que pueden destruir una torre de departamentos, ha generado sorpresa, según varios expertos entrevistados por The New York Times en su nota principal de la edición dominical. Funcionarios estadounidenses calculan que un 90 por ciento de las municiones empleadas por Israel en Gaza durante las primeras dos semanas de su guerra eran bombas de entre mil y 2 mil libras. El periódico señala que «el ritmo de muerte durante la campaña de Israel tiene pocos precedentes en este siglo».
El Times estima que la ofensiva israelí ha matado a 10 mil mujeres y niños en Gaza, una cifra que, según expertos citados en el reportaje, supera el total de mujeres y niños que han muerto en dos años de guerra en Ucrania.
En declaraciones a La Jornada, Paul O’Brien, director ejecutivo de Amnistía Internacional Estados Unidos, dijo que «las fuerzas israelíes han demostrado un impactante desprecio por las vidas civiles. Han pulverizado calles y más calles de edificios residenciales matando a civiles a una escala masiva y destruyendo infraestructura esencial. Estos ataques ilegales, incluyendo los ataques indiscriminados que causan bajas civiles masivas, deben ser investigados como crímenes de guerra».
A pesar de todo esto, la Casa Blanca se ha centrado en la llamada «pausa humanitaria», que fue ampliada esta tarde del lunes. Biden, en una declaración, afirmó que su país «ha encabezado la respuesta humanitaria en Gaza». John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, agregó que el presidente «no desea ver más civiles inocentes matados o heridos» en el conflicto en Gaza e insistió en que Estados Unidos está instando a los israelíes a que, cuando reinicien sus ataques en la zona, lo hagan «de la manera más discreta, deliberada, cuidadosa y cautelosa posible».
Sin embargo, tras bastidores, el gobierno de Biden está apresurando la entrega de más bombas y otras municiones, incluyendo misiles Hellfire que se han estado empleando en Gaza, a Israel. La administración insta al Congreso a suspender las restricciones sobre el suministro de armas, según informa Bloomberg News. Un oficial del Pentágono informó al medio que las armas llegan casi a diario a Israel.
La controversia sobre la postura de Biden respecto a la ofensiva israelí en Gaza se espera que se intensifique a medida que aumenta la cifra de muertos, generando llamados a investigaciones sobre posibles crímenes de guerra
