De acuerdo con un reportaje de The New York Times, el Cártel de Sinaloa ha comenzado a infiltrarse en universidades de Culiacán para reclutar a estudiantes talentosos en Química. Este movimiento busca reducir la dependencia de precursores químicos provenientes de China, con el objetivo de lograr una producción nacional e industrializada de fentanilo.
Cocineros del cártel revelaron que requieren personal con conocimientos avanzados para sintetizar precursores y fabricar un fentanilo más potente. Los estudiantes reclutados, además de dirigir experimentos para mejorar la droga, supervisan laboratorios clandestinos y asisten en la producción diaria.
El proceso de síntesis es peligroso, incluso con equipo especializado, ya que los trabajadores enfrentan riesgos de exposición tóxica, explosiones accidentales y represalias en caso de errores. Sin embargo, la paga inicial de 800 dólares (16,375 pesos mexicanos) y un salario mensual igual atraen a algunos jóvenes.
El reclutamiento va más allá de lo académico. Según un alto nivel del cártel, buscan candidatos con conocimientos teóricos, audacia, discreción y habilidades prácticas. En casos prometedores, incluso ofrecen cubrir los costos universitarios.
Aunque el cártel aún no ha logrado sintetizar los precursores desde cero, ha aumentado la potencia del fentanilo gracias a los conocimientos aportados por estudiantes. Autoridades estadounidenses advierten que el control completo de la cadena de suministro por parte de los cárteles dificultará la lucha contra la producción de opioides sintéticos, subrayando la amenaza que representan estos avances tecnológicos.