En una noche cargada de nostalgia y euforia, RBD regresó a los escenarios mexicanos en el Foro Sol de la Ciudad de México el 30 de noviembre. Frente a una audiencia de 60 mil personas, la banda cautivó con su repertorio, pero fue Christian Chávez quien se destacó al protagonizar uno de los momentos más memorables de la velada.
Ataviado con un traje de charro color rosa, Chávez salió al escenario para interpretar «Tu Amor» al ritmo del mariachi. Este atuendo, aunque polémico, ha sido una elección distintiva del cantante y actor, generando críticas por supuestas faltas de respeto a la cultura mexicana. Sin embargo, Chávez optó por seguir sus convicciones, ignorando las críticas y continuando con su presentación.
A pesar de un breve problema técnico con el micrófono al inicio de su actuación, el público respondió con entusiasmo, respaldando la decisión de Chávez de llevar un atuendo que ha sido objeto de controversia. Al finalizar sus dos canciones en solitario, una proyección de la bandera de la comunidad LGBT iluminó la pantalla principal, marcando un momento simbólico.
Chávez expresó su felicidad y emoción al ver la bandera LGBT, gritando: «¡Mi bandera!». La respuesta del público fue inmediata, sumándose a la celebración de la diversidad. Con 40 años de edad, Chávez compartió un mensaje poderoso: «México, por favor, vivan su vida que al final nadie les da de tragar. Tengo 40 años y apenas estoy viviendo mi vida a pleno, hay que dejar vivir a todos como quieren y al que no le gusta… ¡Que chingue su madre!», provocando la ovación y el respaldo de los asistentes.
La celebración de la diversidad continuó con la interpretación de «Bésame sin miedo», durante la cual la cámara exploró a la audiencia capturando imágenes de parejas de diversas orientaciones sexuales besándose. La iniciativa no solo fue un gesto de inclusión, sino también una declaración valiente contra los prejuicios.
El espectáculo, que incluyó la participación de los dos miembros masculinos del grupo en un número musical propio, consolidó el regreso triunfal de RBD al escenario mexicano. Más allá de la música, la noche se convirtió en un símbolo de aceptación, diversidad y la libertad de vivir auténticamente, destacando el compromiso de Christian Chávez y la banda con la igualdad y la celebración de la individualidad.
