Irán ha lanzado su mayor ataque contra Israel, disparando cerca de 200 misiles que alcanzaron zonas habitadas en ciudades como Jerusalén y Tel Aviv.
Este ataque marca una escalada significativa en la crisis de Oriente Próximo, ya que, hasta ahora, los proyectiles iraníes no habían impactado directamente en áreas pobladas de Israel. Ante esta agresión, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió represalias, mientras que Estados Unidos reafirmó su apoyo a Israel, con el presidente Joe Biden anunciando que el país norteamericano está preparado para ayudar en su defensa.
La Guardia Revolucionaria iraní ha justificado el ataque como una represalia por la reciente muerte de importantes líderes de Hamas y Hizbulá, así como del general iraní Nilforoushan, quien falleció en un bombardeo israelí. A su vez, advirtieron que seguirán atacando si Israel responde militarmente. El portavoz militar israelí, Daniel Hagari, confirmó que gran parte de los misiles fueron interceptados por el sistema defensivo ‘Cúpula de Hierro’, aunque algunos lograron impactar en su objetivo, causando daños y víctimas.
La situación se intensificó con un atentado en Tel Aviv, donde dos terroristas abrieron fuego en una calle concurrida, matando a ocho personas antes de ser neutralizados. Este ataque ocurrió en medio de bombardeos israelíes en el sur del Líbano, en respuesta a los proyectiles lanzados por Hizbulá.
Mientras tanto, las fuerzas armadas de EE.UU. han colaborado en la intercepción de los misiles iraníes, posicionando barcos y aviones en la región para apoyar a Israel en este conflicto.