La reciente muerte del célebre dibujante Akira Toriyama ha sacudido al mundo del manga y el anime.
Toriyama dejó un legado imborrable en generaciones de artistas que se vieron influenciados por su inconfundible estilo plasmado en «Dragon Ball», una de las obras más exitosas a nivel global. Toriyama, nacido el 5 de abril de 1955 en Kiyosu, Japón, inició su carrera en una agencia de publicidad en Nagoya antes de decidir dedicarse por completo al manga.
Su primer gran éxito llegó con «Dr. Slump» (1980-1984), una serie cómica que protagonizaba el científico Senbei Norimaki y su creación, Arale, un robot con aspecto de niña. Sin embargo, fue con «Dragon Ball» (1984-1995) cuando alcanzó la fama mundial. Esta serie revolucionó la industria del entretenimiento y dio lugar a una exitosa serie de animación que dejó huella en el consumo cultural global.
Además de su trabajo en el manga y el anime, Toriyama contribuyó significativamente a la industria de los videojuegos, diseñando personajes para títulos como «Dragon Quest» y «Chrono Trigger». Su influencia en la cultura pop japonesa es innegable, siendo considerado por muchos como el Osamu Tezuka de su época, un narrador prolífico capaz de combinar acción, aventura y empatía en sus obras.
«Dragon Ball» fue la primera franquicia de manga con licencia oficial traducida y publicada fuera de Japón, abriendo las puertas del mercado internacional del manga. Incluso el Gobierno japonés reconoció la importancia de Toriyama en la difusión de la cultura japonesa en el mundo.
A pesar de su fama, Toriyama siempre mantuvo una gran privacidad, evitando entrevistas y fotografías. Prefería ser representado por una caricatura que lo retrataba como un robot. En lo personal, vivía en su ciudad natal junto a su esposa, la también mangaka Yoshimi Kato, con quien tuvo dos hijos, Sasuke y Kikka. Su legado perdurará en la historia del manga y el anime, inspirando a generaciones futuras de artistas y aficionados.