A medida que el cambio climático altera el planeta, animales y patógenos también se adaptan a las nuevas condiciones. Los mosquitos, garrapatas, bacterias, algas y hongos están cambiando o expandiendo sus rangos históricos para ajustarse al ritmo sin precedentes del cambio climático.
Estos cambios no ocurren en el vacío, ya que la deforestación, la minería, la agricultura y la expansión urbana están destruyendo las últimas zonas silvestres del mundo, lo que resulta en una pérdida masiva de biodiversidad a un ritmo nunca antes visto. Las especies que los humanos dependen para su sustento disminuyen, lo que crea nuevos focos de zoonosis: enfermedades transmitidas de animales a humanos.
Además, el cambio climático desplaza a millones de personas cada año, ejerciendo presión sobre sistemas ya frágiles y aumentando las condiciones propicias para enfermedades humanas.
Investigadores alertan sobre la gran amenaza que las enfermedades relacionadas con el cambio climático representan para la salud humana.
El aumento de temperaturas lleva a que animales portadores de enfermedades se trasladen a zonas más elevadas y frescas, amenazando a las personas que viven allí y propiciando el salto de enfermedades de animales a humanos.
Inviernos más cálidos y temporadas de apareamiento extendidas favorecen a mosquitos, garrapatas y pulgas, aumentando las enfermedades transmitidas por estos vectores. Patrones climáticos erráticos, como sequías e inundaciones, también crean condiciones para la propagación de ciertas enfermedades.
Las enfermedades transmitidas por vectores se han triplicado en Estados Unidos entre 2004 y 2016, según los CDC. Además, más de la mitad de todos los patógenos que causan enfermedades en humanos pueden empeorar con el cambio climático. Se estima que entre 2030 y 2050, el cambio climático causará un cuarto de millón de muertes adicionales cada año.
La pandemia de COVID-19 demostró la rapidez con la que una enfermedad puede propagarse globalmente y la complejidad de la respuesta de salud pública ante estas amenazas. Aunque existen herramientas para mitigar el impacto de las enfermedades provocadas por el clima, se necesita una acción global urgente por parte de gobiernos, organizaciones y ciudadanía para enfrentar esta creciente amenaza.