El presidente ruso Vladímir Putin prometió este martes capturar a los responsables del ataque en una sala de conciertos de Moscú que dejó 144 muertos, el peor atentado en suelo ruso en dos décadas. Putin hizo este compromiso durante una reunión con funcionarios del Ministerio del Interior encargados de supervisar las agencias policiales del país.
A pesar de que el grupo Estado Islámico se atribuyó el ataque, Putin ha intentado vincular repetidamente el incidente con Ucrania y Occidente. Sin embargo, el gobierno estadounidense había advertido a Rusia días antes sobre un posible ataque inminente.
En su discurso, Putin destacó la importancia de encontrar tanto a los autores materiales como a todos los involucrados en la planificación y ejecución del ataque. Advirtió que aquellos que utilicen este tipo de violencia contra Rusia enfrentarán consecuencias severas, calificando el acto como «una arma de doble filo».
El presidente ruso también subrayó que el objetivo del ataque era sembrar discordia y pánico en Rusia para dividir al país desde adentro, y enfatizó que es crucial no permitir que eso suceda. Putin instó a evitar que el incidente se utilice para avivar tensiones étnicas, xenofobia o islamofobia.
Hasta el momento, las agencias de seguridad rusas han detenido a cuatro sospechosos de Tayikistán y a otros siete presuntos cómplices. Este ataque ha avivado la hostilidad hacia los inmigrantes en Rusia y ha generado llamados a restringir la inmigración, a pesar de que la economía del país depende en gran medida de la mano de obra migrante, en su mayoría proveniente de antiguas repúblicas soviéticas de Asia central como Tayikistán.
Para abordar este problema, Putin instó al Ministerio del Interior a intensificar los controles sobre la inmigración ilegal y a cerrar las lagunas legales que permiten que personas con antecedentes penales obtengan permisos de trabajo e incluso la ciudadanía rusa.
