El ex jardinero central, considerado el mejor de la historia en México, recibió un homenaje de cuerpo presente en el Estadio Francisco I. Madero.
Entre aplausos, lágrimas y recuerdos, familiares, amigos y aficionados despidieron este martes a Marcelo Juárez Moreno, el legendario ex jugador de Saraperos de Saltillo que falleció el lunes. El homenaje se realizó en el Estadio Francisco I. Madero, la casa del Dragón del Norte y del equipo de béisbol que retiró el número 44 que portó Juárez durante su carrera.
Juárez, originario de Río Bravo, Coahuila, jugó 17 temporadas en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB), con equipos como Diablos Rojos de México y El Águila de Veracruz, además de la Nave Verde. Fue reconocido como el mejor jardinero central de la Novena Ideal Histórica del Béisbol Mexicano, con un porcentaje de fildeo de .984, el más alto en la historia de la LMB. También recibió el Guante de Plata en 1974 y fue inducido al Salón de la Fama del Béisbol Mexicano en 1998.
Su hijo Marcelo Juárez Alarcón agradeció el apoyo de la afición y destacó la calidad humana y deportiva de su padre. «Estoy muy agradecido con todos, con la afición de Saltillo y de todos los lugares en los que estuvo, siempre lo vamos a recordar. Estoy muy contento de que le hagan este homenaje inolvidable, lo vamos a recordar siempre. Aparte de un gran jugador, fue una gran persona, mi padre fue una gran persona», expresó.
Jorge Eduardo Verástegui Saucedo, director de operaciones en Grupo Alianza, resaltó que Juárez fue «el más grande centro de la historia en el béisbol en México» y «un ejemplo de cómo se debe entregar la vida con pasión, con vocación y con servicio».
Los restos mortales de Juárez serán cremados y trasladados este sábado a su tierra natal, donde se le rendirá un segundo homenaje.